El sector turístico español volvió a crecer en el primer trimestre de 2018, pero solo un 3,4%, menos de lo que venía creciendo en los dos últimos años. La moderación se debe, principalmente, a la ralentización de la demanda extranjera —crece menos el número de turistas y además se quedan menos tiempo— ante la recuperación de algunos competidores mediterráneos, como Egipto o Turquía. El frenazo se compensa, según el último balance empresarial del lobby turístico Exceltur, por un mayor gasto y por un fuerte aumento de la demanda española, que ha sido clave para que la Semana Santa haya registrado buenos resultados y que también marcará los próximos meses, en los que se espera que la llegada de extranjeros siga ralentizándose, por la recuperación de competidores y por el Brexit, que reducirá la salida de británicos. En Cataluña, sobre todo Barcelona, la Semana Santa no ha sido tan buena, debido a los nuevos "brotes de inestabilidad" registrados en marzo, tras dos primeros meses más positivos.
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